martes, 10 de mayo de 2011

Zure arnas istuen erritmoa segitu...

Inspiró profundamente y cerró los ojos. Aquella no era la forma en que él se habia imaginado que sucederia. Para él, el sexo estaba alli arriba con el nacimiento y la muerte, como una de las experiencias más intentas y poéticas que podía tener una persona. No era algo que uno hacía con su novia cuando estaba aburrido un sábado ala noche antes de los parciales.

Era algo que hacías cuando ya os habíais explorado mutuamente en todos los otros aspectos: intelectual, espiritual, filosofico.

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