domingo, 18 de septiembre de 2011

Ilun dago eta ez dakit bueltatzen...

Soy muy malo consolando. Esta conversación ya la hemos tenido. Los dos en un banco. Tu a mi derecha, donde esta el corazón, y yo a tu izquierda, donde esta el hígado. Misma escena, pero diferente razón. Esta vez no era tu culpa, pero el miedo volvió a inundar mis ojos. Este miedo es diferente, no es ese miedo a perderte. Porque ya te perdí. Pero estabas volviendo. Pero no vas a volver. Nuestros ojos siguen siendo iguales, pero tu mirada a cambiado. Y ayer cambio aun más. Te dolió y lo se. Pero tuvimos esa conversación que tan pendiente teníamos. Quizás nos hacia falta. Pero no de esa manera. No tras esa bomba. No por mi culpa. Pero el dolor saca lo peor de nosotros y ala vez lo mejor. Me sacaste esa sonrisa que tanto necesitaba. Al igual que aquel día que hoy me parece tan lejano. Estuviste conmigo y te reías por no llorar. Y ahora estamos en empate. Igualados. De tu a tu, y no en desventaja como hasta ahora.
Y de día mis sensaciones no han cambiado. He vagabundeado bajo el cielo gris mientras Kurt me gritaba a los oídos, igual que deberías haber hecho tu ayer. Mis pasos sin rumbo se han dirigido sin querer (o quizás demasiado queriendo) hacia tu calle. E arrastrado mi maleta por donde tu mil veces has pasado. Y e ido sola a la estación.
Me gusta ir sola porque así no me tengo que despedir de nadie. Aunque hoy me e despedido de todo. Le he dicho adiós a esa ciudad, a tu ciudad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario