lunes, 23 de enero de 2012

Nostalgia

Tu me declaraste la guerra y yo te hice el amor. No teníamos nada en común, salvo las ganas de comernos el uno al otro. Café, tabaco, alcohol y tus besos. Inundaste mi vida durante quince días. Suficientes para enamorarme. Combatimos el frío con caricias y el sueño con sonrisas. Improvisamos una vida desenfrenada. No nos hacia falta nada. Ojeras y resaca.
Y aprendimos que los amores de verano no se deben alargar, porque cuando llega el invierno pierden su magia.
Por eso, de lo que fuimos antes, no queda nada en pie. . .

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