Y un día cualquiera el lobo se convirtió en drugo y Caperucita decidió cambiar de cuento. Un cuento sin hadas, ni perdices, ni finales felices. Una historia de ni contigo ni sin tí. Que si tu vienes, yo me voy pero cuando te marchas me quedo. Obra de un estupido cupido borracho que juega a jugar. Porque estemos donde estemos, siempre hay patitos.
Y si mañana tengo ojeras que sea por tu culpa...
No hay comentarios:
Publicar un comentario