Autodestruirse como forma de vida. Medias rotas y miradas perdidas. Resacas acompañadas de voces rotas. Sabanas revueltas y olor a café por las mañanas. Unos lábios rojos que te piden guerra. Y tú ni vas, ni vienes. Y me quedo sola, con mi whiskey y mi Pete.
Con mis besos, locos por ahogarse en el mar de tu saliva...
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